Título: Amélie
Director: Jean-Pierre Jeunet
Título Original: Le Fabuleux destin d'Amélie Poulain
Idioma en que se proyecta: V.O. subtitulada
País: Francia
Año: 2001
Duración: 122´
Reparto: Audreau Tautou, y más gente.
Premios: Césares franceses
Elegida por: Notoriamente Nefasto
Me llamo Javi, y me gusta quitar los hilillos de los plátanos, cortarme las uñas de los pies, y arrancar unas hojas de cualquier planta con la mano cuando paso andando. Y luego olerme la mano. No me gustan las pegatinas en la fruta. Especialmente en los kiwis.
Y me gusta Amélie.
Película original donde las haya, no se parece a ninguna, y puede que esa sea una gran virtud. Una delicia que combina múltiples recursos cinematográficos, visuales, sonoros, musicales, con una historia divertida, diferente, y amable. Un Scorsese a lo francés, pero donde el protagonista (la protagonista...) es dulce y buena. Que la quieres, vamos.
Hacía tiempo que no la veía, porque esperaba el momento de degustarla junto a vosotros en nuestro Cineclub. No me defraudó. Sigo manteniendo que, quienes la acusan de cursi, no la han visto. O no han visto lo mismo que yo, al menos. Tiene el colmillo que Jean-Pierre ya enseñaba en Delikatessen, concedo que menos afilado o más accesible, pero colmillo al fin y al cabo. Con personajes que no son tan amables si los miras de cerca (quién es amable si se le mira de cerca...), tratando temas no tan simples, como la vida misma. Tiene incluso su escena de sexo rítmico, no tan desenfrenado como en otras ocasiones, pero rítmico al fin y al cabo. Ese baño de ese bar, ya es historia del cine. Venga, la barra del bar también, que el baño no lo vemos, pero la barra tiembla.
Adreau Tautou nació para ser Amélie, y demos gracias al cielo porque así lo fue. A nadie que no tuviese esa mirada podría perdonársele un peinado tan francés como el suyo, que no sólo se le dispensa, sino que se le adora.
La música de piano, que en ocasiones oía yo en mi propia casa de manos de mi hija, me parece maravillosa. La escucho siempre de cuando en cuando. París y Monmartre son, a pesar nuestro, maravillosos también en la peli. Los actores y actrices, únicos también, habituales sólo en las películas del francés, inolvidables.
Pero por encima de todo reivindico su bondad, y su sentido del humor. Dos cualidades muy necesarias, que no abundan tanto. Igual por eso la peli es original, no sólo por su técnica.
Seamos más felices, y hagamos más felices a los de al lado. Yo lo he intentado, y os he puesto Amélie, para que, al menos una noche, seáis más felices.
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