¿Porqué un Cineclub?
- Porque somos tres amigos a los que nos gusta el cine.
- Porque nos gusta ver películas en casa y comentarlas después
-Porque cada uno tiene sus "tesoros fílmicos" que quiere hacer ver a sus amigos para ver si les gustan tanto como a uno mismo

-Porque ademas de ver pelis, cenamos muy agusto mientras tanto
-Y porque queremos aprender más de cine!

¿Cuando empezó todo esto?

-La primera película se proyectó el 3 de Febrero de 2010.
¿Y cuánto va a durar?
-Lo haremos durar todo lo que se pueda, mientras haya cine, habrá Cineclub.

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miércoles, 13 de febrero de 2019

183. La soga.


Título: La soga.
Director: Alfred Hictchock
Título Original: Rope
Idioma en que se proyecta: V.O. subtitulada.
País: U.S.A.
Año: 1948
Duración: 80´
Reparto: James Stewart, John Dall, Farley Granger

Elegida por: Notoriamente Nefasto












Fue escuchar el podcast "Aquí hay dragones"  ( https://www.podiumpodcast.com/aqui-hay-dragones/temporada-1/de-transcantantes-cuerdas-tensas-y-venenos-que-alimentan/) donde Rodrigo Cortés hablaba de "La Soga", e inmediatamente decidir que había que ver sin falta de nuevo esta peli, y por supuesto dónde mejor que en nuestro Cineclub.

No dejaré nunca de recomendar tanto este podcast como su hermano "Todopoderosos", donde tienes la oportunidad de escuchar a este hombre, que habla siempre como si estuviera leyendo una tesis o algo. Es una cosa inaudita oiga.

Como digo, al ver cómo desmenuzaba los entresijos de la película, las ganas de verla fueron instantáneas. Yo no lo explicaré tan bien como el susodicho Cortés, pero la cosa fue más o menos como sigue.

Alfred Hitchcock decide adaptar una obra de teatro inglesa que va de dos tipos que deciden matar a otro sólo porque pueden. Se trata de cometer el crimen perfecto y hacer suyas algunas teorías de Nietzsche sobre hombres superiores y otros mediocres que no merecen la pena existir. En la obra había también una cierta subtrama homoerótica, ya que los angelitos son dos maromos que viven en su apartamento, como si fueran Epi y Blas.

Qué mejor manera de adaptar un obra que transcurre en tiempo real, que hacerlo en una sola toma de película, para trasladar así esa atmósfera, piensa el siempre intrépido Hitchcock. El problema es que, en aquella época, esto era técnicamente imposible, ya que los rollos duraban como mucho diez minutos.

Pero eso no es óbice para intentar al menos en espíritu recrearlo. Así que se ponen manos a la obra. Para tan brutal y loco desafío, es necesario pensar cada toma como un baile. Un baile en el que todos los actores y escenarios dancen en torno a esas cámaras mastodónticas de la época, que, aunque movidas por raíles, pesan un quintal. Así que todos los muebles y escenarios se desmontan y llevan rueditas que permiten que desaparezcan cuando la cámara pase y que vuelvan cuando ésta regrese. Todos los actores deberán bailar también en perfecta coreografía, y no sólo ellos, sino todos los técnicos, y  evitar por todos los medios no cagarla en el minuto 9, y así tener que empezar la toma de nuevo.

Eso implicó que, cuando una actriz dejó mal una copa que iba a caerse, un técnico se lanzó en plancha cual Casillas para atraparla antes de que su sonido al romperse contra el suelo estropeara la toma. O que incluso cuando una cámara fracturó el pie de otro técnico que lo puso donde no debía, los demás le pusieran una toalla en la boca para que el pobrecillo no gritase. Una liada, vamos.

Ensayaron mucho, y luego filmaron en 18 días, siguiendo el proceso de últimos ensayos un día y filmación al siguiente. Por si faltaba algo, a Hitchcock, ya en montaje, le enfadó mucho el tratamiento del color que las últimas tomas tuvieron, así que decidió reunir de nuevo a todo el mundo menos al capullo responsable de la fotografía para repetir esas tomas de nuevo.
 
No sólo la cámara, sino el sonido, tenía que ser perfecto, y si sonaba gente charlando en la calle, se había grabado a gente charlando en la calle. Y si viene una ambulancia, se graba una ambulancia de verdad que viene desde diez manzanas más allá.

El resultado es una película que no puedes dejar de ver, porque tanto curro no puede quedar sin reconocimiento. Cierto es que se nota más cuando la cámara se lanza como loca a por la chaqueta de alguien para justificar el cambio de toma que esas otras veces que simplemente Hitchcok pasó del asunto y se marca un contraplano con dos narices. Pero la leyenda de la peli que se hizo en una sola toma porque Hitchock se pegó una sacada de chorra está ahí para ser venerada. Y además la peli está bien!