Título: QUE DIOS NOS PERDONE
Director: RODRIGO SOROGOYEN
Título Original: QUE DIOS NOS PERDONE
Idioma en que se proyecta: V.O. Castellano
País: España
Año: 2017
Duración: 125'
Reparto: Antonio de la Torre, Roberto Álamo, Luis Zahera, Javier Pereira
Premios: 1 Goya a mejor actor (R. Álamo) y otras muchas nominaciones y premios en nuestro país
Elegida por: Sr. Marrón
Vuelve Sorogoyen al Cineclub con este thriller castizo, bruto e intenso a partes iguales.
Un Seven a la española que en mi opinión funciona muy bien de principio a fin.
Es una buddy movie, con dos policías distintos pero iguales a su manera. Uno tímido, tartaja y disciplinado y el otro duro, bocachancla, pendenciero y macarra, pero ambos con el objetivo común de cazar a un asesino y violador de ancianas (hay que tener estómago...).
Como siempre, el director elige y dirige muy bien a los actores, y, aunque sea complicado empatizar con ellos, los acabas entendiendo y queriendo a tu manera.
Como todo lo que hace este director, la película es muy intensa, te atrapa desde un principio y no te suelta. Tan interesante son las (tristes) vidas de los protagonistas policías, como el trabajo que tienen que desarrollar en plena crisis financiera y visita del Papa a un caluroso Madrid.
Me da que el director no es muy afín a los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado, viendo cómo quedan retratados aquí o en la serie Antidisturbios. Todo se desarrolla en un ambiente tenso y hostil, con continuos piques y malos rollos entre compañeros, lenguaje cuartelero, bravuconadas y empujones.
Dan muy pocas ganas de alistarse en el Cuerpo de Policía viendo esto, la verdad.
Aquí no hay mucha concesión al buen rollo ni al compañerismo o la amistad. No hay cenitas de reconciliación entre los compañeros y sus guapas esposas, todo es más gris y triste que cualquier thriller yankie.
Pero oye, la Policía no es tonta, y acaban encontrando al malo (un poco por los pelos, pero bueno...) y tenemos buenas persecuciones, algún que otro magistral plano secuencia, y violencia, mucha violencia, de la que duele a la vista, por parte del asesino.
La peli es dura, pero es que a ninguno de los protas es gente fácil ni buena, por algo piden a Dios que los perdone, porque todos tienen algo de qué arrepentirse.