Director: Sidney Pollack
Título Original: Jeremiah Johnson
Idioma en que se proyecta: Castellano
País: USA
Año: 1972
Duración: 107 minutos
Reparto: Robert Redford (DEP), Will Geer, Allyn Ann McLerie
Premios: Muchas nominaciones pero ninguno
Elegida por: Sr Marrón
Como homenaje al gran Robert Redford, fallecido hace unos días, me decidí por fin a poner esta peli suya, que llevaba mucho tiempo queriendo ver y no había puesto por motivos logísticos, ya que creía que duraba como 3 horas y media, no sé porqué.
Bueno, pues no dura eso, dura menos, mejor. Y contento de haberla visto porque me dio lo que esperaba.
La historia me atrae porque cada vez valoro más tener unos días de soledad y en contacto con la naturaleza, acampando, durmiendo sin comodidades, sin cobertura, viendo las estrellas por la noche y pasando un poco de frío a las mañanas. Ese contacto con lo básico, me hace más feliz que muchas otras cosas y actividades, y que todo el mundo debería probarlo de vez en cuando para valorar lo que tenemos y para desconectar de ello a la vez.
Es un western un poco atípico, se basa en un personaje real, aún más bruto y desdichado que el propio R. Redford, porque el protagonista es un renegado del ejército que huye de todo y sólo quiere una vida en un lugar remoto y que le dejen en paz, pero, claro, eso no es posible porque antes de media peli ya le caen del cielo mujer e hijo, una india y el otro un huérfano de madre loca más callado que un módem apagado.
Pero oye, el hombre se los hecha al hombro, trata de no meterse con nadie nunca, comercia sus cosas con los indios, caza conejos, se hacen una cabañita con vistas al lago, y a vivir, que son dos días.
Y son dos días para la familia, sobre todo, porque tienen que venir los pieles rojas tocacojones de turno a limpiarse mujer y niño, lo que desemboca en un, comprensible, día de furia del amigo Jeremiah. Y por cierto, ¡¡qué nombre Jeremiah!!. Si no me llamara Javier Ignacio me gustaría llamarme Jeremiah. Pero que la gente me dijera "Yeremaiah", nada de Jeremías, que suena demasiado bíblico.
Pero, bueno, que me disperso, eso cuenta la peli, de manera estupenda, con una bonita fotografía, y unos grandiosos paisajes naturales de Utah y las Rocosas, y un magnífico Redford, en uno de sus personajes más icónicos, vestido con esa chaqueta marrón de flecos y la casa a cuestas a lomos de su montura.
He de reconocer que el violento final me pilló desprevenido, casi me sobraba ese giro dramático, y me hubiera gustado más que el hombre siguiera con su vida tranquila pero dura, perdido en las Rocosas con su familia impuesta.
Espero que la peli os trasladara a las lejanas montañas y os sintierais un poco aventureros por un rato.
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