Título: Yo Capitán
Duración: 121´
Reparto: Seydou Sarr, Moustapha Fall
Premios: Premio del Público de San Sebastian a la Mejor película europea, entre otros.
Elegida por: Notoriamente Nefasto
El cine es muchas cosas, es entretenimiento, es arte, es
cultura, es pasión, pero también puede ser denuncia social. Es un poderoso instrumento
que puede servir para criticar la sociedad que nos rodea, y llamar la atención
sobre problemas que de otro modo quizás no viéramos.
Lo Capitano, o Yo Capitán, nos cuenta, denuncia, un problema
del que creo que sólo vemos una parte. Nos están contando la inmigración de
muchas maneras. Los políticos, sólo para conseguir sus sucios votos. La prensa,
cuando no es para ayudar a los políticos de su bando, la cuenta muchas veces
sólo en lo que nos atañe. De manera parcial. Lo que vemos desde nuestro afortunado
y privilegiado entorno europeíto, donde nos molestan, también nos duelen a
veces, por supuesto que sí, las pateras que llegan, los inmigrantes que
recorren nuestras calles al asalto de una vida mejor.
Afortunadamente hay buenos periodistas, hay buenos cineastas
como Matteo Garrone, que denuncian, que describen, cosas que tenemos que saber.
Para poder formarnos una opinión. No dejo de recomendar el podcast de El
Confidencial con Marta Ayer, y aquí descubrí porqué nos cuentan, contamos, mal,
la inmigración.
Porque antes de escuchar la charla de Marta con César
Dezfuli, fotoperiodista y ganador del World Press Photo 2023 por su serie “Pasajeros”,
yo ya había visto “Lo Capitano”, de Garrone.
Y como he decidido que no voy a dejar pasar ni una sóla ocasión
de contar cómo yo veo la inmigración, especialmente cuando alguien delante de
mí, se permita decir que nos invaden, que tienen la culpa de todo, que repita
lo que los Trump, Melonis, Elon Musk, Abascales del mundo quieren que creamos, decidí poneros esta peli. No digo que yo tenga
razón. Digo que voy a contar mi opinión. No me voy a callar.
¿Qué cuenta “Yo Capitán”? Cuenta lo que los europeos no
vemos. Cuenta cómo y porqué los chavales africanos de 16 años deciden salir de
su hogar, dejar a sus familias, para comenzar una terrible aventura que, no
comienza entrando a una patera en la costa marroquí o mauritana, no. Comienza
en un autobús que sale de su pueblo.
Y si consiguen llegar a esa maldita patera, en busca de una
vida mejor, será porque, milagrosamente, habrán sobrevivido a mafias, desiertos
e hijos de puta varios, durante días y kilómetros. Para poner sus pies en un barco
de mierda, en el que intentarán sobrevivir y no morir ahogados como los más de
2.000 que mueren cada año en nuestro Mediterráneo, y entonces llegar a nuestras
playas, para que, entonces, y sólo entonces, sepamos que están ahí.
La peli nos cuenta eso. Y además, creo que lo hace de manera
magistral, con dos actores, supuestamente aficionados, que tienen una mirada
que ya quisiera Robert de Niro. Pero es la única reseña técnica de la que
quiero dejar aquí constancia.
Porque lo que la peli quiere contar, lo que yo quiero contar
aquí, es que todos somos la misma tribu. Que su problema, es nuestro problema.
Y que no lo queremos solucionar, porque, seguramente, no tenemos ni puta idea
de cuál es el problema, o porque, quizás, somos demasiado egoístas. Pero somos
la misma tribu. Volando juntos en esa pequeña bolita azul.