¿Porqué un Cineclub?
- Porque somos tres amigos a los que nos gusta el cine.
- Porque nos gusta ver películas en casa y comentarlas después
-Porque cada uno tiene sus "tesoros fílmicos" que quiere hacer ver a sus amigos para ver si les gustan tanto como a uno mismo

-Porque ademas de ver pelis, cenamos muy agusto mientras tanto
-Y porque queremos aprender más de cine!

¿Cuando empezó todo esto?

-La primera película se proyectó el 3 de Febrero de 2010.
¿Y cuánto va a durar?
-Lo haremos durar todo lo que se pueda, mientras haya cine, habrá Cineclub.

martes, 23 de agosto de 2016

138. Vacaciones en Roma



Título: Vacaciones en Roma
Director: William Wyler
Título Original: Roman Holiday
Idioma en que se proyecta: V.O.
País: E.E.U.U.
Año: 1953
Duración: 118´
Reparto: Audrey Hepburn, Gregory Peck
Premios: Oscar a mejor actriz para Audrey, y dos más a guión y vestuario.

 
Elegida por: Notoriamente Nefasto

Sinopsis: Una princesa de un país muy lejano que visita Roma, harta de estar todo el día haciendo de princesa, se larga y se topa con un periodista guapetón, que sí que quiere hacer de periodista.





Quiso la suerte que la película italiana fuese “Vacaciones en Roma”, la más romántica y romana de las opciones disponibles. Una dura prueba para dos tipos duros como vosotros.

En mi caso, lo tenía fácil, porque la película me encanta, y verla tras haber recorrido Roma apenas hace unos días, me hizo disfrutarla aún más.

Para mi, “Vacaciones en Roma”, es sinónimo de Audrey Hepburn. Como os conté, el director, William Wyler, viejo conocido del Cineclub, no dudó ni un momento que aquella chiquilla a la que le hizo unas pruebas de cámara iba a ser una estrella del cine. Así que sin dudarlo le adjudicó el papel de la princesa perdida en Roma, prefiriéndola a todas, incluida Elizabeth Taylor que era la mejor posicionada.

Y el viejo Wyler sabía muy bien lo que se hacía. Nos descubrió al mundo a una actriz única. No se me ocurre otra actriz que pueda parecerse a nuestra querida Audrey, ni entonces, ni ahora. La cámara se enamora de ella, y el director lo sabe. Por eso nos pone esos primeros planos, en los que podemos admirar y quedar embelesados ante ese rostro tan especial y hermoso. Y ya sólo con eso, ya tienes película, porque es imposible no quedar prendado. Cuando ves a Audrey, ves a una mujer que es a la vez bella y sencilla, que parece ingenua pero para nada estúpida, con una personalidad firme a la vez que buena y amable a kilómetros vista, consciente de su belleza pero humilde y firme al mismo tiempo. Me resulta difícil de definir lo que me transmite, porque lo que vemos es a Audrey, y con eso debiera bastar para que sepas de qué hablo.

El director ya se ha dado cuenta, y por eso nos regala con su presencia. Sabe que su película es dejarnos a todos disfrutar de Audrey, y cuando digo todos incluyo a hombres y mujeres, porque, cosa rara, todas y todos la adoramos. Así que nos maravilla ver cómo corta su pelo y observa su nuevo aspecto,  cómo maneja la vespa a carcajadas, o no puede evitar que las lágrimas lleguen a sus ojos cuando sabe que el cuento se acaba y será para siempre.

Bueno, además de Audrey tenemos a Gregory Peck y a Roma, y ambas entidades tienen prestancia suficiente para aguantar y enmarcar a la nueva chica. Así que tenemos una historia sencilla pero que para disfrutarla se trata de dejarse llevar y admirar el panorama. Te montas en la vespa, y a donde te lleve.

No se puede llamar sorpresa, pero el final no es el típico de una comedia romántica, y me parece que también eso es de agradecer. Me encanta cómo acaba la historia con la escena de Peck saliendo por esos pasillos del palacio. La cámara le aguanta y sigue mientras va andando, y su rostro nos lo dice todo. Nos dice lo mismo que nos pasa a todos en ese momento: “Qué pena no poder disfrutar más de la presencia de Audrey”. Pero bueno, me corrijo:  siempre nos quedarán sus películas. Gracias por todo, Audrey!