Director: Nacho Vigalondo
Título Original: Los Cronocrímenes
Idioma en que se proyecta: Castellano
País: España
Año: 2007
Duración: 88'
Reparto: Karra Elejalde, Nacho Vigalondo, Bárbara Goenaga
Premios: Mejor película en Fantastic Fest de Texas, y 1 nominación en los Goya
Elegida por: Sr. Marrón
Segunda película en el Cineclub de mi director español fetiche, y la que más me gusta de todas las suyas.
Me gustan, como a casi todo el mundo las grandes películas, con despliegue de medios, actores de primera y carísimas producciones, pero también me encantan las películas pequeñitas, como esta, óperas primas de directores desconocidos, a las que les ponen toda la ilusión del mundo, todo su tiempo y su cariño para entrar en el mundo del cine.
Esta es una de esas películas, de un director que me gusta mucho por lo original y arriesgado que es siempre, y que creo que sabe muy bien lo que se hace y veremos grandes cosas hechas por él en el futuro.
Y del futuro y del pasado nos habla esta película, porque a pesar de su exiguo presupuesto, sus 4 actores contados, dos localizaciones y 3 vehículos, lo que Vigalondo nos presenta en su primera película es una cinta de ciencia ficción. Con dos cojones. Y más concretamente una película sobre viajes en el tiempo, con consecuencias imprevisibles y con un argumento que parece sencillo al principio, pero que se va complicando poco a poco y al final te deja con el culo torcido sin saber muy bien como encajar todas las piezas del puzzle en tu cabeza.
Porque una de las cosas buenas de esta película es que es inevitable comentarla al terminar, y cada uno tiene una visión distinta, lo que abre un debate y eso en el Cineclub nos encanta casi tanto como todo lo que nos zampamos durante la película.
Es cierto que la historia está un pelín forzada a veces, pero creo que eso no resta interés ni calidad al conjunto de la peli. Yo me lo pasé como un enano, y eso que será la cuarta o quinta vez que la veo, y espero que mis socios y mi cuñado-estrella invitado se lo pasaran igual de bien.
La peli tienen un aspecto muy interesante que es el de los viajes en el tiempo. Pero solemos olvidar que todas las historias tienen muchas capas. Ahí va mi tarantinada particular, (que viene al hilo de otro "Must see": Blow up, de Antonioni) impresiones que me resonaron cristalizando en lo que os voy a contar ahora.
ResponderEliminarHector parece un cincuentón, un tipo mal cuidado físicamente, pese a su éxito material: una gran casa, una mujer (aún ) bonita, buen coche, quien sabe si hijos.. pero parece él mismo, como la casa y el jardín que la rodea, algo fuera de lugar frente al bosque.
La película en seguida nos da indicios de que algo no va bien. Para sugerirlo introduce imágenes que dan una sensación de intima disonancia. Vemos desparramados todos los objetos que Héctor trae a casa Otras señales están en la casa por dentro:están viviendo en ella, pero la casa está sin terminar en su parte superior, y las dependencias en general tienen un aire de incomoda, fría, descuidada profesionalidad. No apetece echar una siesta en esa casa, ni menos aún dormir en ella.
Hector tiene una mujer que ha pasado ya su juventud, aunque es guapa y se ve que trata de “llegar” al marido. Ella parece feliz. La diferente actitud de los personajes nos da a entender que la elección de la casa y el lugar, como la de los muebles, como las plantitas que se afana en ir colocando, es suya, no de su esposo. De nuevo la disonancia. Porque Hector no está en la onda de ella sino incómodo e inquieto. No consigue dormir bien, y la casa, que su esposa se esfuerza en amueblar es incluso hostil (esa radio que emite sin parar música demasiado alta y sin objeto, esas ventanas desnudas, esas habitaciones vacías, muebles sin montar, paredes sin decorar, estas escaleras llenas de plástico)
No; nuestro hombre no está a gusto, Se siente solo, desorientado e íntimamente desconectado de cuanto le rodea. Ella nota esta situación y por eso esta se muestra tan cariñosa ( a la primera que puede trata de hacerle una felación, interrumpida por una llamada sin respuesta, y reanudada después ante su pasividad) Hector es un hombre desolado.
Está claro que la casa, su interior hueco y su exterior hipercivilizado, (artificioso como su césped, pueril como las vallas que lo circundan), nos describen psicológicamente a Héctor. Y Héctor somos todos nosotros, adultos ya, llegados al medio de nuestra vida, y plantados de improviso ante un bosque. ¿Quienes somos?¿que hacemos ahí en medio de esa nada, a ese no-lugar que es esa casa que no percibimos como nuestro hogar, que no nos dice nade? ¿qué vale realmente todo lo que tenemos (¿lo tenemos realmente?) frente al la imperturbable masa de arboles, misteriosa, indiferente ante nuestra melancolía como toda la naturaleza que desdeña nuestra patética valla metálica está el bosque. Pero no el bosque de nuestros paseos, sino la "selva oscura” de la que habla Dante...
"Nel mezzo del cammin di nostra vita. mi ritrovai per una selva oscura. "
2.- Hector mira -no puede evitar hacerlo- dentro de esa selva con sus prismáticos. No quiere mirar hacia dentro. Primero no ve nada, luego ve retazos, sombras que lo desconciertan y luego una muchacha muy bella, que muestra sus pechos, ocultando su cara y haciendo un gesto de silencio con su mano. Todo subyuga al prota, bruscamente centrado, expectante: ¿quién es esa chica?¿que hace ahí? ¿a quién dirige su gesto? ¿es tal vez una llamada que se le dirige a él?. Azuzado por la curiosidad, por la belleza de esa mujer, por el misterio de su gesto, impulsado también por su malestar, se decide a salir de su zona de seguridad, para llegar a la carretera, donde encuentra una realidad desordenada, el contenedor en el suelo, la basura, la bici tirada… y una senda que se interna en el bosque.
(..y termino) Como el interior de la casa, toda la escena del bosque está lleno de sugerencias. La situación misma (buscar una muchacha desnuda en el bosque) es profundamente instintiva. Y cuando la encuentra en su gloriosa desnudez, la muchacha es fuente misma del deseo de Héctor. Este se conduce como un niño asustado, tímido (le arroja el palo) sin atreverse a aproximarse. Y en ese momento es atacado por alquilen que lo ha observado y vigilado todos sus movimientos, que lo hiere y que lo persigue burlándose de él. Luego vamos a saber que es él mismo, (lo que tiene todo el sentido simbólico del mundo) quien persigue y acosa a Hector hasta obligar a este a pedir ayuda por radio a otro personaje misterioso, que aparece como una mediación, como una especie de ángel que lo lleva por el camino ascendente, iluminado, hasta el silo de un experimento, al que se entrega para convertirse en otro hombre que recibirá otra oportunidad. El viaje temporal es un aliviadero para una situación de angustia. El no lo busca, obviamente, sino que se le da.
ResponderEliminarEl experimento que debe salvar a Hector de si mismo significa la oportunidad de rehacer su camino anterior. Para esto le bastaría volver a su casa y no volver a intercurrir en los acontecimientos. Pero eso simplemente no es posible. La flecha del tiempo se lanzó y lo hizo en todos los universos posibles, de modo que Hector no puede desandarla, como no se puede recorrer el camino inverso y volver a la infancia. Es preciso seguir adelante por el camino oscuro.
Para el autor del cuento, toda esperanza de ayuda es engañosa (la religión o la ciencia), y no hay soluciones por ese lado. Tampoco lo es viajar en el tiempo (real o imaginariamente) Solo queda aceptarlo (como hace el tercer Héctor a costa de golpes y heridas que lo han desfigurado espantosamente) y aceptar lo que viene y la suerte que nos ha tocado vivivr. Y es que la vida termina, bien de golpe o bien cuando reparamos que el oscuro bosque se ha movido por la noche y está ante nosotros.
Para mí los tres Hector nos hablan de la persona en los tres momentos en que se encuentra ante ese lugar oscuro del poema de Dante, el caminante que se aproxima al bosque e intuye la presencia de la muerte, el que se interna en él (y busca la vida pero encuentra que ha pasado ya sin remedio) y el que sale del camino aceptando la inevitabilidad y haciendo las paces con ella.
Solo queda aceptar que somos seres limitados, que caminamos hacia la espesura deslumbrados por un resplandor tan efímero y bello como vano.
Joe, gracias por tu comentario tan exquisito! De verdad, ver películas con otros es ver otras películas, y disfrutarlas otra vez.
EliminarPues la verdad es que yo he debido ver una película distinta, porque no he sido capaz de sacar tanto meollo como lo ha hecho nuestro invitado. He de reconocer que soy más simple y que pocas películas me hacen pensar mucho.
ResponderEliminarRespecto a la película en sí, pues tengo sentimientos un poco encontrados. La historia en sí parece interesante pero no me acaba de enganchar. No creo que sea por el bajo presupuesto, porque creo que ahí sí que, el director, ha sabido suplir la escasez de medios.
Como siempre en las películas de viajes en el tiempo, nos enfrentamos a las paradojas de si puedes alterar el pasado o no. Y está nos dejó, después de verla, discutiendo sobre quién era quién y cuándo. Puestos a hacer reflexiones yo me quedo con los motivos por los que nos cuentan la historia del Segundo y no del primero, y cómo acabó el primero dentro de la "bañera".
Como alguien dijo una vez: "la mejor prueba de que los viajes en el tiempo son imposibles es que no tenemos hordas de turistas "temporales".
En fin, que no me disgustó, pero tampoco me encantó.
Ver de nuevo los Cronocrímenes, de la mano de nuestro anfitrión, y luego degustar su poso en tan agradable compañía y afilado debate, tengo que deciros que fue de nuevo una gozada.
ResponderEliminarA los Cronocrímenes, y por ende a Nacho Vigalondo, llegué y vuelvo a arribar siempre de la mano de Marrón. En su día me descubrió la peli, y cada cierto tiempo nos recuerda que este director español tan especial y talentoso sigue estando ahí, lo cual es siempre reconfortante.
No siendo yo sin embargo tan incondicional como Mr. Brown, lo cierto es que me gusta mucho lo que hace. El talento puede venir de Brooklyn o de Cabezón de la Sal, en eso las cartas se repartieron sin mirar ubicación.
Lo que más me gusta de Vigalondo, es que es un tipo muy listo, muy enamorado del cine, pero a su manera. Y lo mejor de todo es que bajo este prisma de "a mi manera" lo hace todo. Sin importarle una mierda si el espectador al otro lado lo entenderá o no, le gustará o no. O quizás, él sabrá, confiando en que alguien habrá al otro lado que sí lo disfrutará, aunque la mayoría no lo haga. Para mí, esto es ya de por sí un valor incontestable. "Be yourself, no matter what they say."
Respecto a los propios Cronocrímenes, creo que es de nuevo la joya en bruto que toda ópera prima (y por tanto con escaso presupuesto) que por fin consigue construir un jovencito director con mucho talento (y por tanto con abundante entusiasmo). Seguro que Vigalondo le dió miles y miles de vueltas, y consiguió, como en su día Tarantino con Reservoir Dogs, o los Cohen con Sangre Fácil, o Rodrigo Cortés con Buried, o Nolan con Memento, o tantos otros, con mucha imaginación y poca pasta, hacer una muy buena película.
Son tantos los detalles que adornan cada escena o el guión (como todos los que por ejemplo nos ha descubierto Diego) que se nota el mimo exquisito con que todo se pergeñó. Seguro que hasta las pequeñas incongruencias se masticaron en la cabeza de Vigalondo una y otra vez hasta dejarlas en mano de la bondad del que luego verá la peli. Porque ver una peli para buscar incongruencias es no saber ver una peli, aún sabiendo que una incongruencia no buscada pero encontrada te puede sacar de una historia.
Yo me quedé dentro de la historia, junto a vosotros, y la disfruté mucho. Gracias por ello a todos, desde el anfitrión, pasando por los compañeros de sofá, hasta Karra y el mismo Nacho. Y Feliz 2019!