Título: Lazos ardientes
Director: Hermanos Wachowski entonces, hermanas ahora.
Título Original: Bound
Idioma en que se proyecta: V.O. original subtitulada
País: U.S.A.
Año: 1996
Duración: 108´
Reparto: Gina Gershon, Jennifer Tilly, Joe Pantoliano
Premios: En festivalillos, más que nada.
Elegida por: Notoriamente Nefasto
Cual Mortadelo muté en un plis plas en apuesto mozo de los
que gustan de casquería o sustos hispánicos, para presentaros mi última
película. Pero quiso un leve arrebato notorio de nefastidad, hacerme recordar
que tan gallardo caballero en el que me había convertido, también gusta del cine
negro y de calidad.
Corrían nuestros años de juventud cuando dos amigos
decidieron apostar por la única película que parecía mínimamente potable en los
multicines Iturrama, ahora pasto de baldas y secciones de carnicería y
pescadería.
Quizás lo que los decidió fue el tono claramente erótico del
cartel, y de las féminas que en él aparecían, ya que el título, no nos
engañemos, Lazos Ardientes, no hacía prever mucha más algaraza.
Mas nunca el temor fue óbice para que tan osada pareja
decidiera comprar finalmente las entradas, seguramente pensando que, si al
final el destino nos deparaba un truño, al menos nuestras retinas se llevarían
por delante un poco de alegría.
Nadie sabía entonces quiénes eran esos Hermanos Watchoski,
que más tarde serían Hermanas, y que firmarían una de las obras cumbres de la
historia del cine. Creo que ni ellos mismos lo sabían aún, pero si que tenían
claro que les gustaban las chicas, al menos en pantalla, que les gustaban las
historias ingeniosas, y las escenas visualmente sorprendentes.
Así que cuando los aguerridos cinéfilos salieron de tamaña
prueba de osadía, no sólo se miraron mutuamente diciendo “qué buenas estaban
las chicas”, sino que festejaron haber visionado una película ciertamente de
las buenas.
Escenas subidas de tono, pero considero que muy elegantes, un
guión que atrapa, y un punto de vista de la cámara a veces inusual, hacen de “Lazos
ardientes” una buena película, que, además, no te esperas.
Botes de pintura blanca y sangre, labios rojos y grifos que
gotean. No hace falta que Neo venga en helicóptero a salvarnos, para que aquellos
chavales que fueron al cine, y los que aún hoy la vean, disfruten de una buena
peli. En realidad, como casi siempre, sólo hace falta ingenio, y un poco de
suerte.